jueves, 12 de febrero de 2009

ALGUNAS VECES SE CRECE EN ESTA VIDA A BASE DE *GOLPES* DE TODAS CLASES.









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Solo mi Ángel de la Guarda sabe como logré llegar a esta avanzada edad, sin haberme roto un hueso.- En realidad no fui gran deportista, pero tampoco el tipo cuidadoso que no haya afrontado circunstancias en las que pude tener algún accidente serio.- Allá, en mis lejanos cuatro años de edad sin recordarlo directamente, pero sí en pláticas de familia, me empezó la afición por torear, y comenzé con un lindo borrego que teníamos amarrado en el tubo de una llave de agua a la mitad del patio de la casa en tierra suelta.- Y había que lucirse, pues el tío Cayetano, sacerdote de edad avanzada y padrino de todos, nos había ido a visitar y mis papás le comentaron sobre mis "gracias".- Ya instalados para verme y aplaudir, el borrego se me dejó ir encima y en forma "graciosa" le saqué un pase, pero la soga se enrredó en mis piernas y al dar más y más vueltas el animal, me dejó prácticamente atado en el tubo y allí sin poder moverme, recibí los primeros topes y cornadas de mi incipiente carrera de lidiador, que nunca volví a intentar.-
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En el segundo año de Primaria, practicaba en el patio del Colegio un bailable para la fiesta de Fin de Curso, que vestido de "Pierrot" se llevaría al cabo en el Cine Tabaré, donde un año antes debuté cantando y bailando de "Los pobres gorriones" con inseparables amigos, cuando en un "giro artístico" me desmayé a causa de un absceso por una inyección infectada que se me reventó internamente, y a causa de ello me estrellé con fuerza contra una redonda columna de cantera del edificio, causándome una fuerte contusión, de la que no pude reponerme a tiempo para, como eran mis deseos, participar en aquel festival.-

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Por ésos años nos visitaba muy seguido mi tio Luis Rafael, hermano mayor de mi Madre, ( el tío Fáil ), que jugaba conmigo y me sacaba a pasear al jardín.- Lo mismo me desmayó una vez, estrellándome contra el techo de la casa al calcular mal su fuerza, que me golpeó contra un hidrante del servicio de bomberos en el carcano jardín del Cuartel, al hacerme tirantes agarrado de los pies, o me causó varios chichones por jugar a los 'vaqueros' y lazarme mientras corría a su alrededor, lo que hacía por cierto, con bastante destreza.-
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En deportes del Colegio me fué bien, ya que nunca tuve mayores problemas y en cambio, me tocó fracturar de una pierna a un buen amigo jugando Fut Bol, y descalabrar en un juego de Beis Bol a otro "cuate" de apellido Camarena.- En tanto tiempo que practiqué Frontenis a buen nivel, solo recibí un fuerte pelotazo en la cabeza de mi zaguero, que no fue de mayores consecuencias, aunque el público se impresionó grandemente por lo aparatoso del golpazo aquel.-
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Ya estando en Preparatoria, en el Inst. de Ciencias por el año 1950, nos vimos involucrados en serias dificultades que había entre la Universidad oficial y la Autónoma, cuya Facultad de Medicina era vecina de nuestro plantel, y en dos ocasiones fueron los primeros a lanzarnos algunas piedras y provocaciones.- Con permiso de algunos Profesores, preparábamos la defensa de nuestro edificio cuando lamentáblemente al andar por las azoteas, brinqué a un tragaluz de vidrio, que tapado por la tierra acumulada, daba la impresión de ser piso de cemento y que con mi peso se rompió y caí de un piso a otro, como de cinco o más metros de altura, sobre vidrios, recibiendo un fuerte impacto en la rodilla y varias cortadas que me internaron en el hoy Hospital Dr. Luis Garibay medio día, y me tuvieron convaleciente en casa por una semana, tras la peor regañada recibida de parte de mi señor Padre.- Algo me afectó el sistema nervioso también, ya que alcanzé a ver como a mis pies se estrellaba el vidrio, se desprendía casi todo, pero dejando filosos picos alrededor que no se como no me desgarraron o produjeron mayores cortadas.- Creo que a otros tres compañeros les pasó igual, pero ellos no alcanzaron a caer y quedaron entre las varillas que sujetaban los cristales rotos.-
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Trabajando en "Joyce Mexicana", por el año de 1967, teníamos varios eventos de tipo social entre amigos de la Cámara Junior, y uno de ellos me hizo notar que andaba caminando como "descuadrado", ya que mi cadera presentaba una notable desviación hacia abajo, de derecha a izquierda, resultante de un esguince sacro-ilíaco por el que tuve que tomar medicamentos relajantes y anti-inflamatorios, asi como usar una faja ajustable metálica bastante incómoda por buen tiempo, tras un susto mayor por el erróneo diagnóstico de un especialista, que aseguraba se trataba de una fractura por la cual debería ponerme en cama ortopédica, con tensores en las piernas, y en serio peligro de no poder volver a caminar.- Lo anterior se dió por haber entrado a batear, en un juego de Beis Bol en un día de campo en el Colegio Internacional, sin el debido calentamiento, y tras un brusco movimiento 'en banda', sin el contacto con la pelota, que lo provocó y de lo cual no me di cuenta inmediata.- Quizá con el tiempo siga conservando alguna pequeña desviación, pero no es notable, ya que inclusive el calzado no lo desgasto diferente en ambos pies, a pesar de mi notable sobrepeso.-
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Años después, en el automóvil del Director de Ventas, en un fin de semana en León, Gto. donde él vivió antes de entrar a la empresa, estando ya estacionados para bajarnos a cenar unas clásicas 'enchiladas mineras', unos jovencitos que transitaban a muy alta velocidad, por esquivar a un ciclista que estuvieron a punto de arrollar, se estrellaron por atrás de nuestro auto y lo aventaron varios metros adelante.- Estaba yo solo en el asiento trasero y afortunadamente un poco de lado, por lo que no recibí el clásico latigazo que me hubiera podido desnucar, pero si quedé atarantado, con algunos cabellos arrancados por el marco del medallón del vidrio trasero.- De ésta salí con el 'remedio del poco caso', ya que cuando regresamos no creí conveniente ver a ningún Médico, ni que me aplicaran cuello ortopédico para la debida rehabilitación.-
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Mi mas reciente accidente, y espero confiadamente sea el último, fué un sábado a mediados del año 1996, (esto lo escribí un año después de esta fecha), en que comiendo tranquilamente un exquisito lomo adobado en el Restaurante "El Gordo" en compañía de mi esposa, sentí un golpazo en la cabeza y cuello, ya que estando funcionando se desprendió y me cayó encima un ventilador de techo, de los que tienen su propio motorcito en la parte central, además de que una de las aspas me lesionó levemente parte del cuello y el hombro.- Preferí no hacer mayor escándalo a pesar de la cortada grande aunque no profunda en la cabeza, y tras detener el sangrado con una toalla mojada y mucho hielo, pasé a curarme con un Médico particular que estuvo de acuerdo en no darme ya puntadas, sujetar un poco la herida con esparadrapo, y ordenar la aplicación de una serie de ampolletas de suero antitetánico, para mayor seguridad.-
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Espero con la vida mas reposada y tranquila que ahora llevo y pretendo seguir llevando cada vez más, el poder evitar nuevas situaciones serias, que a mi edad, casi siempre suelen traer malas consecuencias que lamentar.-
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(En los años posteriores he tenido algunos percances leves que es mejor ni recordar, así que dejo hasta aquí mi escrito, confiando en ya no tener ningún accidente serio en lo sucesivo).
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Ahora ya conocen un poco más de mi azarosa (?) o normal vida, que espero continúe por años en la forma más tranquila que se pueda.-
Su amigo ALF, el 'tapatío', que les desea como siempre, ¡ lo mejor de lo mejor !

1 comentario:

ALF dijo...

Desconozco si mis 'accidentes' sean pocos o muchos comparados con otra gente; pero lo que agradezco más, es pronto llegar casi a los tres cuartos de siglo con más o menos buena salud y ¡ completo..!
Espero poder decir con Amado Nervo, ¡ Viva, nada te debo... vida, estamos en paz ! Saludos.