lunes, 13 de abril de 2009

EL FAMOSO "VIACRUCIS VIVIENTE EN IZTAPALARA", MPIO. DEL DIST. FDRAL. EN MÉXICO.












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La tradición de esta reconocida representación en Iztapalapa nació en 1843, después de que los habitantes de la zona se vieron fuertemente afectados durante años por una epidemia de peste. Los católicos recurrieron al "Señor de la Cuevita", la santa imágen de la comunidad, para pedirle que erradicara la enfermedad. La desaparición del mal de forma intempestiva fue atribuida por los nativos a un 'milagro' del "Señor de la Cuevita" y empezaron con la hoy afamada representación, como una muestra de gratitud.
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Selección de los personajes.
La tradición ha pasado de generación en generación entre los habitantes de Iztapalapa, pero aunque todos tengan la disposición en participar, los papeles principales (Jesús y la Virgen María) son exclusivos de jóvenes solteros, que no tengan hijos, sin ninguna adicción, ni tatuajes y sobre todo que se identifiquen con una muy bien arraigada fe católica.
Cada año se selecciona a un joven para personificar a Jesús y una muchacha para el papel de la Virgen María; los demás actores pueden repetir algunas ocasiones el personaje. Para representar a la Virgen María, este año fue seleccionada la joven de 19 años de edad Paola Anneliz Guzmán.
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Escenario natural.
José Manuel Guillén, en su papel de Jesús, se entrena desde Enero para el Víacrucis, ya que se requiere excelente condición física para cargar una cruz de madera de aproximadamente 198 libras.
La Pasión y Muerte de Jesús tiene como escenario el conocido Cerro de la Estrella, emulando el Monte Calvario, lo cual representa un verdadero reto para los participantes. Con la cruz a cuestas, el joven tiene que recorrer casi 2.5 millas; su Víacrucis inicia en el mismo Centro de Iztapalapa para culminar en el Cerro de la Estrella, donde es crucificado.
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Preparación espiritual.
Para afrontar ese recorrido, Guillén dedica cuatro horas de ejercicio al día, aparte de una preparación espiritual. "La preparación es física, yo practico en el Cerro de la Estrella. Son diferentes ejercicios, como correr, caminar, cargar un tronco, jalar una cruz, es parte de mi rutina".
En la parte espiritual, asisto a Misa, entro en comunión con Dios y cuando tengo la oportunidad de hablar con un Sacerdote lo hago.
Le pido la guía, la ayuda para dar todo de mí en esta fecha tan importante".
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Previo a la Semana Mayor, el joven de 137 libras de peso y 5.7 pies de estatura, practica en Cerro de la Estrella, donde lleva a cuestas un tronco que en forma aproximada pesa unas 110 libras, lo cual le ayuda a irse entrenando para el Viernes Santo, donde debe cargar una cruz de 198 libras. Movimiento de brazos y piernas forman parte de su calentamiento. Se persigna y luego se inclina para recoger el pesado tronco que cargará en su recorrido de poco más de un kilómetro.
Pero no sólo es caminar con el tronco a cuestas, lo complicado es que lo hace en el propio cerro: tiene que sortear obstáculos, piedras y tierra suelta que suele haber en el lugar. Comenta: "No tengo horas de descanso, ahora que se acerca más la fecha es más y más el ejercicio. El descanso para mi es simplemente estar relajado, haciendo algo pero más tranquilo".
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El recorrido.
Su preparación es indispensable para soportar el recorrido que inicia el Domingo de Ramos, donde camina entre 8 y 10 kilómetros, mientras que el Jueves Santo su andar comprende entre 5 y 6 millas. Pero su prueba de fuego es el Viernes Santo, donde su recorrido es menor, camina alrededor de 2.5 millas, pero va descalzo y cargando la pesada cruz de madera.
"Estoy preparado. Me entrego mucho, y ofrezco a Dios, todo lo que hago, todo lo hago por amor, la fe y el fervor que yo le tengo a Dios.
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Apoyo y agradecimiento.
Guillén dijo estar consciente de que su esfuerzo será grande y agradece a toda la gente que esté atenta de su actuación el Viernes Santo, por lo que dijo sentirse satisfecho y sumamente motivado. "Una simple mirada de apoyo te levanta, te da más ánimo", comentó.
"Hacer esta representación es un acto de agradecimiento a Dios, al Señor de la Cuevita, al que nosotros veneramos en Iztapalapa. El papel de Jesús es toda humildad, amor y devoción", nos expresó.
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El ahora llamado "Cristo de Iztapalapa", quiere dejar huella este año y quiere que la gente recuerde su actuación como algo especial, muy espiritual.
"Él vino a enseñarnos y ayudarnos a reflexionar sobre nuestras vidas, sobre lo que vivimos y yo quisiera que la gente viera en este personaje lo mismo, no que vean un Cristo más, un Jesús más, busco que en verdad vean a Jesús".
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Dejar huella.
La participación de Guillén y de los demás actores concluye con el Domingo de Resurrección. Al siguiente día, los miembros del Comité Organizador de la Semana Santa se reúnen para empezar con los preparativos del siguiente año.
El Víacrucis representado en Iztapalapa es el más concurrido de Ciudad de México, se espera una afluencia aproximada de 'dos millones de personas', por lo cual las Autoridades locales pusieron en marcha un operativo de seguridad en el cual participan más de 2 mil policías.
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Todo esto se dió como se esperaba, salvo algunos pequeños enfrentamientos con la policía de personas que querían seguir de cerca al Cristo representado, y otros que fueron atendidos por el fuerte calor o las heridas que sufrieron al pagar "mandas".
Muchos hemos visto por T.V. parte de dicha representación en escenarios muy bien logrados y con actuaciones memorables si tomamos en cuenta que es gente del pueblo y no artistas consagrados.
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Les comparto este escrito editado y que es nacido de nuestras costumbres, con todo afecto.
ALF, el 'tapatío', en estas fechas en que estamos ya celebrando la Pascua de Resurrección. Hago votos por su felicidad completa.

1 comentario:

ALF dijo...

Lo que son para los españoles los tan sentidos actos de Sem. Sta., los cantos de las saetas de los gitanos, o en Sevilla la procesión del Silencio tan solemne, lo es igual, para muchos mexicanos este increíble Viacrucis viviente que se representa año con año en Iztapalapa, en escenarios naturales maravillosos y con artistas salidos del mismo pueblo.