domingo, 28 de diciembre de 2008

ADIÓS AL *AÑO VIEJO* Y BIENVENIDA AL *NUEVO AÑO* (Recuerdos de muchos años atrás)













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(Pensamiento que les dejo de tarea) " Tendremos que arrepentirnos en esta generación, no tanto de las malas acciones de la gente perversa, sino del pasmoso silencio de la gente buena". ----- Martin Luther King. -----
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Tras haber pasado la grandiosa fiesta de la Navidad y su novenario anticipado de “posadas”, muy a la mexicana, llegamos a la despedida del Año Viejo, ligada a la fiesta de bienvenida del Feliz Año que sigue; celebraciones estas más de tipo pagano, aunque todavía ligadas en alguna forma a la parte religiosa por el sentimiento y la necesidad de dar gracias a Dios por los favores recibidos directa e indirectamente, del arrepentimiento sincero de las malas acciones nuestras, recordadas de nuevo en ejercicios de recapitulación y primordialmente hacer nuevos y fervientes votos para el siguiente período futuro, que aunque ninguno tengamos seguro, esperamos confiadamente poder vivirlo a plenitud.-
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Basados en los actuales calendarios, que desde luego no son de uso mundial ni muchísimo menos, pero desarrollados en base a estudios científicos y en especial astronómicos para medir el tiempo, conocemos por una parte, el conocido como Juliano, elaborado por orden de Julio César el Emperador Romano, con meses de 30 o 31 días, más un año bisiesto cada cuatro, y cuyo inicio es el día 1 de Enero.- Por otra parte, el Gregoriano, mismo que quedó establecido en el año 1582 por el Papa Gregorio XIII y que es el considerado en festividades religiosas de fechas movibles, como lo son la Semana Santa y con ella, la Cuaresma y las fiestas profanas llenas de excesos en algunos sitios, como son las del “Carnaval”.-

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Comercialmente en México, el año nuevo trae grandes promociones, remate de mercancías, algunas facilidades para compras de regalos, fuerte publicidad para las ventas de ropa de Invierno, así como de juguetes para la cercana festividad de los “Santos Reyes” que sobre todo en la Mesa Central y en los Estados del Bajío tiene un culto más especial y esperado.- Todo lo anterior en nuestro país cae “como anillo al dedo”, dado el gusto que se tiene por ese tipo de celebraciones muy metidas aún en la idiosincrasia de varios grupos étnicos, como pueden ser los zapotecas del Itsmo, con su costumbre de la “Quema del Viejo” para terminar el año; el “Cambio de Mando” entre pueblos tzotziles y tzetzales del rico Estado de Chiapas y más cercano para nosotros, el tradicional “Cambio de Varas” entre los aborígenes huicholes de Nayarit y Jalisco, para la renovación de sus gobernantes, precisamente al iniciar el Nuevo Año.-

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En la primeramente mencionada “Quema del Viejo”, por citar una costumbre que se ha perpetuado por años, los indios zapotecas obsequian a sus niños muñecos de barro, caballos, jinetes y otros decorativos objetos hechos a mano; y a las niñas, con monas de faldas acampanadas, bebés, canastas de frutas, molcajetes, juegos de ollas y cazuelas, platos diminutos pintados en blanco con diseños en amarillo, azul y rojo, o bien, de color oro en la zona del Itsmo de Tehuantepec.- Para elaborar el mentado “Viejo”, seleccionan ropas y huaraches de los más usados y maltratados; los niños -asesorados por el mayor-, arreglan aquel muñeco relleno de olotes con cohetes y un coco por cabeza pintado bruscamente, dándole un aspecto de edad avanzada mediante sombreros de zoyate, gruesos puros y hasta algún paliacate usado y roto anudado al cuello.- Con esa misma figura se recolecta el dinero para los gastos de la festividad, usados en golosinas, buñuelos, dulces, tamales, encurtidos enchilados y bebidas, pudiendo -si es el caso-, recibir igualmente cooperaciones en especie, mismas que son guardadas para la fecha del día último del año.-
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Al llegar ese especial día, desde las diez u once de la noche, según vean como anden de sueño los niños, se inicia un buen reventón con música típica, tremendo bailazo, comida para todos y harto “chupe”, iniciándose luego la efectiva “Quema del Viejo”, para terminar el acto en los últimos minutos del año que muere, e iniciar el Año Nuevo entre jolgorio, abrazos, alegres tragos y estridente música.-
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En los variados ambientes que se viven en la sociedad en general, cada vez este acontecimiento se ha ido convirtiendo en una celebración despegada del aspecto religioso, excepto el acto llamado de “dar gracias” que familiarmente se acostumbra llevar a efecto la noche del 31 de Diciembre, festividad de San Silvestre; fecha para mi familia inolvidable, por festejarse el cumpleaños de mi Padre.- Ceremonia muy sencilla que consiste simplemente en asistir en forma devota, de ser posible todos en grupo, a nuestra bella Catedral Basílica o al Templo más cercano, para orar en agradecimiento por la "salud de todos" en especial y por los dones recibidos en el año, pidiendo confiadamente nuevas gracias y dones tan necesarios para afrontar esta vida y sus problemas en el Año Nuevo, que prácticamente iniciará en unas horas más.-
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De ahí en adelante comenzaba la pachanga en grande; ya fuese en la propia casa con reunión amenizada por la música de moda, de la que casi siempre acostumbran seleccionar los jóvenes, y además, una regia cena algo similar a la de Navidad, salpicada con numerosos brindis desde antes de la media noche, misma que empieza a servirse inmediatamente después de la continua serie de abrazos, besos y todo tipo de muestras de afecto y amor posibles entre los participantes, que esta vez, en forma diferente al día 24 de Diciembre, si pueden verse aumentados con algunas amistades, invitados especiales y en ocasiones hasta vecinos y conocidos, seguidos a veces por locas explosiones de euforia en descargas al aire de tiros de pistola o ráfagas de automáticas.- Mejor aún, en la mayoría de los casos y previo pago de reservación en algún buen sitio seleccionado o lugar de esparcimiento, pasar en grupo hasta allá, a cenar y divertirse en fecha tan significativa planeado con anticipación, para degustar un buen menú y la carta de vinos adecuada que incluya hasta champaña, o cuando menos, copas de sidra o un vino espumoso frío para el brindis principal.

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Casi ninguno de la familia acostumbraba beber más de dos o tres tragos, por lo que el consumo de vinos era mínimo; pero la amena plática, anécdotas, chistes y comentarios de los concurrentes hacía una velada sumamente alegre y agradable.- En esos tiempos no había trascendido la costumbre eurorea de ingerir las “doce uvas” al compás de las campanadas del saliente año, pero en cambio, estábamos muy pendientes de la Radio, sincronizada a la hora oficial, donde locutores daban el sentido y esperado "adiós", y el feliz inicio del Nuevo Año, para entre todos, familiares y amistades, darnos abrazos, desearnos la mejor de las suertes y hasta soltar por allí alguna furtiva lágrima emocionada, llena de la sensiblería propia de los de mayor edad o por aquellos que sienten nostalgia de otras épocas, quizá medio olvidadas ya.-
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Recuerdo algunas de esas reuniones emocionantes, como la de aquel año en que recibimos, llegadas directamente de un campo de concentración en España, tras difíciles y engorrosos trámites, a la castiza esposa y su hija de escasos 5 o 6 años de nuestro amigo Don Miguel Serra Pámies, que llegó por fin aqui, huyendo de su tierra natal, amenazado de muerte, teniendo que dejar atrás y prisionera en un "campo de concentración" a su señora encinta, que dio a luz ya estando presa, en medio de penurias y dificultades.- Pues bien, esa pequeña niña, ya convertida ahora en señora de edad madura y con hijos casados, se reportó conmigo hace tiempo, cuando al través de una de mis colaboraciones radiofónicas le tocó escuchar estas remembranzas de su gente y de mis recuerdos cariñosos hacia todos ellos.-
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Al paso del tiempo, estando ya casado a principios de los años 60, otro grato recuerdo que se viene a mi memoria fue el evento de Fin de Año que pasé, ya con mi querida esposa, en el popular casino “Club Zapopan” de la llamada entonces *villa maicera*, donde años después logramos asentar nuestro actual domicilio; ella iba feliz, ya en avanzado estado de gestación, pero no por ello menos activa, contenta y bailadora, luciendo un simpático conjunto de maternidad, chedrón con encaje negro.- También recuerdo que varios años después, cuando por vez primera nos animamos a salir en ésa fecha, ya en compañía de nuestros tres hijos bastante pequeños aún, a un lugar entonces de moda situado en el segundo piso del Edificio “Mulbar” recién inaugurado, en el que había música ‘en vivo’ de primera y variedad actuada y cantada, una buena cena, así como gorritos y espanta-suegras, silbatos, serpentinas y confeti al por mayor, para convertir todo aquello en un fiestón, donde nuestros hijos fueron el punto central, sobre todo por su corta edad y enorme la felicidad que rebosaba en sus rostros.-
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Al paso de los años tuvimos otras experiencias, algunas buenas y otras no tanto; nuestros hijos se casaron y de entonces a la fecha, después de estar casi siempre todos juntos en Navidad, cada uno de ellos y sus allegados, toman distintos rumbos para despedir el año; y mi esposa y yo, más tranquilos y apaciguados, después de ir a “dar gracias” volvemos a casa a degustar una modesta cena que no nos cause malestares digestivos, para aguardar esos minutos finales del año viejo que termina, quizás frente al televisor viendo alguno de los ‘especiales’ que se programan para disfrutar esos momentos al calor de nuestro hogar, y sellar a la hora exacta de la media noche en un apretado abrazo y con besos cariñosos, aquellos votos que pactamos hace tanto, mientras que vienen a nuestras mentes nostálgicas escenas de pasajes vividos con anterioridad en tan significativos momentos.-
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Perdón si este escrito empezó con datos culturales antiguos y lo terminé con crónicas familiares de este su amigo,
ALF, el "tapatío", que los lleva dentro del corazón.-

1 comentario:

ALF dijo...

Estos escritos hechos por mí, son formulados en base a mis recuerdos personales y a datos obtenidos en diversas lecturas de buenos Autores que me merecen bastante credibilidad.
Si omito algo importante o transcribo algún error, es totalmente involuntario y ofrezco de antemano mis disculpas.