jueves, 12 de marzo de 2009

LA "GASTRONOMÍA", ES COMPAÑERA DEL MEXICANO DESDE LA CUNA Y HASTA LA TUMBA.








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Ofrenda para sus dioses, santos y difuntos, vehículo de ritos religiosos y motivo de fiestas patrias, patronales y familiares, la cocina mexicana es un acto cultural de identidad nacional que está presente "desde la cuna hasta la tumba" Asevera el escritor José Iturriaga.
El especialista, quien en breve publicará cuatro libros de gastronomía, manifestó que en México la comida rebasa con mucho el fenómeno en sí, y se convierte en un acto cultural que linda en la ritualidad religiosa o mágica y la creatividad artística.
"La cocina es factor de cohesión familiar y social, de identidad nacional y en la mayoría de los mexicanos está presente desde la cuna hasta la tumba", manifestó Iturriaga, quien es uno de los promotores y redactores del expediente enviado a la UNESCO para solicitar que la comida tradicional mexicana sea declarada Patrimonio Inmaterial y Oral de la Humanidad.
Abundó que la comida tradicional está presente en las siembras y cosechas; altares; cantinas o bares, y fiestas patrias; "es la mayor expresión de hospitalidad, una maravillosa expresión de "Cultura Social" que heredamos de las culturas árabe, española e indígena".
El autor de libros como "Sexo y cocina mexicana" y "De tacos, tamales y tortas", explicó que la oficialidad simbólica, ritual y religiosa de la gastronomía mexicana no se limita a las fiestas patronales, cívicas y familiares o fiestas cosmogónicas como el Día de Muertos. En gran parte de las etnias indígenas de la República, agregó, subsisten prácticas rituales de contenido religioso y sincrético, donde las ofrendas principales son "comida y bebida", como es el caso del mole y los tamales el Día de Muertos; o la barbacoa el Día de la Santa Cruz.
Entre los ritos indígenas y mestizos que aún se practican, recordó, destacan los tzotziles de los Altos de Chiapas, quienes ayudan a sus esposas al parto de sus hijos, derraman la sangre del ombligo de éstos sobre las mazorcas de maíz, en un acto simbólico que garantiza buenas lluvias y mejores cosechas. Los 'chamanes huicholes', que habitan en la Sierra Madre Occidental de Nayarit, Jalisco y Zacatecas, lloran y piden perdón a la primera mazorca que van a cortar y consumir, mientras que en la Mixteca Alta (Oaxaca, Puebla y Guerrero), los campesinos colocan cruces cristianas para espantar plagas, sequías y granizos que pueden destruir sus milpas; también los nahuas de Morelos degollan guajolotes y riegan su sangre sobre los surcos de sus milpas para propiciar ricos elotes, en tanto, los mixes de Santa María Tlahuilotepec, ofrendan mezcal y sangre de un guajolote y un gallo, en un altar cristiano para pedir lluvias generosas y cosechas abundantes. Después hacen tamales con la carne de los animales.
En el Medio Rural Mexicano no sólo se ejecutan prácticas sincréticas de predominio ritual indígena, también las hay de contenido mayoritario europeo, como ocurre en la fiesta de San Isidro Labrador, a quien se ofrendan flores y maíz desgranado para que el Santo bendiga animales, carretas, aperos y tractores.
México celebra sus "Fiestas Patrias" no sólo a través de su música, vestidos o bailes, la comida juega un papel determinante en sus festejos, en los que los chiles en nogada, el pozole rojo tapatío o el verde de Guerrero, las tostadas y demás platillos tradicionales, son los invitados especiales en esas tan importantes ocasiones.
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Así es mi México, lindo y querido... diferente a todos, único, de costumbres antiguas y aborígenes, mezcla de indígena e hispano con algo de afroamericano.
Donde el comer es religión desde la cuna y hasta después de la Muerte.
ALF, el 'tapatío' orgulloso de la tierra que lo vió nacer hace tres cuartos de siglo.
Nota: Artículo tomado de Notimex; agencia de noticias, nacional.

1 comentario:

ALF dijo...

Si ya nacimos "TRAGONES", pues que le vamos a hacer, je, je, je...