lunes, 6 de abril de 2009

CONSEJOS A QUIENES ESTÉN POR LLEGAR O YA REBASEN LOS 50 o 60 AÑOS.











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El muy conocido actor y científico, David Niven, escribió un entretenido y útil libro; - "La mejor parte de la vida"-, para todas las mujeres y hombres que han sobrepasado esa edad de 50 o 60 años y están pensando en jubilarse.
Según ese destacado científico social, la segunda mitad de la vida puede aún ser mejor que la primera. Pero hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones que el profesor formula en su exitoso libro con base en investigaciones sobre la conducta, los hábitos de vida y la felicidad de quienes ya tienen (o tenemos) bastantes arrugas.
Comentamos algunas de ellas, las que más nos llaman la atención. La felicidad no es un accidente. Se puede aumentar si uno toma conciencia de lo que está haciendo y de lo que está dejando de hacer, y asume el compromiso de cambiar lo que no le gusta.
Intente hacer cosas nuevas. Personas que viven en la rutina son 26% menos optimistas sobre su futuro cuando se les compara con quienes están haciendo pequeñas o grandes innovaciones en su vida.
Disfrute las cosas bellas que hay a su alrededor. Un amanecer, una flor, una obra de arte, una pieza musical, la sonrisa de un extraño, la ternura de un bebé o el regreso a casa, son apenas unos pocos ejemplos de las muchas cosas que a diario suceden y que no sabemos gozar a plenitud siendo tan maravillosas.
Nunca se jubile del todo. Las personas activas sufren depresión y otras enfermedades en menor proporción que los que poco o nada hacen.
Mantenga la mente y el cuerpo en acción constantemente.
No vea los noticieros de Televisión que se especialicen en dar malas noticias. Estas suelen producir sentimientos negativos acerca del futuro.

Exprese su propia personalidad. Haga lo que haga, después de los 40 años, es necesario que lo haga con su propio estilo, con su propia voz, dejando su huella personal en todo..
Tenga en cuenta que dinero no compra felicidad. (Aunque, desde luego... si ayuda).
Mantenga sus temores a raya. Hay que procurar mantener la mente despejada y fresca el alma. Los días por venir pueden ser mejores que los días del pasado, gracias a
la actitud que tengamos frente a la vida.
No se aísle, sea abierto, sea receptivo. Involúcrese con mucha gente, interésese en sus vidas. Así descubrirá aficiones comunes, experiencias enriquecedoras y compañía en los momentos difíciles. Marginarse de la familia o de la sociedad es una forma de acelerar el envejecimiento del corazón.
Vea lo bueno, no sólo lo malo de las transiciones. Después del medio siglo de vida, se presentan cambios duros de aceptar, pero en muchos casos esos cambios tienen un componente positivo: Se abren puertas a nuevas posibilidades.
Salga seguido al campo. Es muy saludable para el cuerpo, la mente, el espíritu y el corazón. La naturaleza inspira, relaja y cuando menos nos distrae.
Reconozca que la vida en esa edad, en muchos frentes se simplifica.
Haga trabajo voluntario (si le gusta y quiere). Ayudar a personas necesitadas no sólo es una noble causa, sino un gran remedio para las tensiones propias. Quienes ayudan al prójimo, registran 72% más de satisfacción con la vida que quienes no lo hacen.
¡ Nunca se rinda..! Sea lo que sea, pase lo que pase, simplemente nunca se rinda.
En la medida de lo posible camine, no use su automóvil. Estudios demuestran que así se logran menores niveles de estrés que los utilizan sus propios vehículos.
Comparta lo que sabe. (OJO, esto es importante). En la primera mitad de la vida se acumulan abundantes y valiosos conocimientos. Enseñarle a otra persona lo que se ha aprendido (de cualquier cosa, por ejemplo), es una forma de contribuir a su mejor futuro, y aumenta su autoestima y la sensación de compartir una vida interesante.
Convierta su hogar en un paraíso. Haga todo lo posible porque su casa sea un sitio ideal.
Perdone facilmente. El principal beneficiario del perdón es quién lo da, porque descarga su rabia y su dolor. Perdonar no es un signo de debilidad sino de fortaleza.
Manifieste siempre su alegría. Asegúrese de que sus alegrías sean más ruidosas y más frecuentes que sus irritaciones.
Vaya más allá de los formalismos. Así es como se descubren las preciadas joyas que son las que en realidad alegran la vida.
Haga ejercicio, a diario... Practicar ejercicio al menos media hora al día, es fundamental para conservar no sólo la buena salud física sino la mental. Y es la manera eficaz de despejar los nubarrones y las telarañas que se posan sobre las cabezas sedentarias.
Tenga amigos muy cercanos. Aquellos que tiene buenos amigos logra niveles de satisfacción con su vida 19% superiores al que tienen los 'llaneros solitarios', y son 23% más optimistas.
Vuélvase un niño de nuevo. Sin exagerar, trate de mantener actitudes infantiles, capacidad de reírse, gusto por los juegos, sinceridad y un sentido de liviandad.
Escuche música, la más bella música que le guste, todo el día. Ella, produce siempre espléndidos efectos positivos en todas las dimensiones del ser humano. Para trabajar, para leer, para cenar, para estudiar, para soñar y más, ¡ la música es la compañía perfecta !.
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Como verán, todo lo anterior es factible, realizable, si ponemos un poco (o un mucho) de buena voluntad. Este escrito va dirigido muy especialmente para una amiga española - Nuri -, que sufre de 'depresiones' y espero sinceramente le ayude en algo en su vida.
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Con afecto, ALF el 'tapatío' durante la Semana Santa en la ex-villa maicera, hoy, "Ciudad Zapopan, Jal." (MÉXICO).

1 comentario:

ALF dijo...

Ja, ja, ja... o son puros jóvenes los que me leen, o quizás algunos viejos a los que no les gusta reconocer su edad o ya no saben o no pueden escribir, ja, ja, ja...