OTRAS DOS ANTIQUÍSIMAS 'LEYENDAS', DE LA CIUDAD DE GUADALAJARA.-

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*EL RINCÓN DEL DIABLO*

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Una angosta y oscura callecilla, conocida en uno de sus recovecos por muchos tapatíos con el original mote de “El rincón del Diablo”, se encontraba, y aún se localiza aunque remozada completamente en la actualidad, como parte de la moderna y comercial ‘Plaza Tapatía’ por la calle de Morelos a la altura de Gerardo Suárez.
Dicho estrecho callejón, antes llamado ‘del Ahorcado’, fue una cerrada cuando aún no se demolía al Convento original de Santa María de Gracia, y ganó su horrible nombre ya que cuentan que allí fue ajusticiado un adúltero.
A dicho rincón, del que nos ocupamos ahora, se le puso dicho nombre desde finales de la ‘Colonia’, cuando los Oficiales del Santo Oficio, una noche sorprendieron en ese lugar a un grupo de personas dedicadas a ‘cultos satánicos’ de adoración a “Belcebú”.
En lo personal tengo aún fresco el recuerdo de mi infancia, cuando varios de los chicos de ese tiempo, procurábamos sacarle la vuelta a esa esquina, santiguándonos cuando pasábamos cerca para ir al Colegio, y evocando vagamente de mi parte que había allí un expendio de carbón de leña, y más tarde una distribuidora peletera que renovó la fachada, poniéndole colores mucho más vivos de los que tenía; hasta que al paso del tiempo creció el interés por dichas construcciones antiguas, se hizo aquello una zona peatonal con andadores y fuentes adornadas con figuras en piedra, y hasta se propusieron aprovechar algunas fincas para oficinas del H. Ayuntamiento o del Gobierno del Estado; entre otras, las del actual Departamento de Turismo, cercanas al mencionado lugar.

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EL *PATIO DE LOS ÁNGELES*

(DEL CONVENTO DEL TEMPLO DE STA. MÓNICA).
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Formaba parte del conjunto completo del “Alcázar de Santa Mónica” el llamado *Patio de los Ángeles*, que en su forma original no era una majestuosa construcción, sino más bien, sombría, por lo bajito de sus techos, pero de una gran hermosura por la profusión de los adornos tallados en fina cantera de su arquería; sus fuertes columnas con capiteles coríntios, y la viguería del techo de una manufactura muy especial.
Por lo bello de su concepción, y desde luego de su realización, merecería sin duda ese bello título con el que se le bautizó, pero la realidad o la fantasía de una ‘leyenda’ quizás, hablan de que un grupo de jóvenes que lo levantó, de origen incierto –como parte del mismo Convento Agustino, a principio del Siglo XVIII-, al ir a pagárseles con monedas su fino trabajo, habían ya desaparecido sin saberse nada de ellos, naciendo así la idea de que fueron sin duda los ‘Ángeles’ quienes vinieron a encargarse de la hermosa obra sacra, misma que dio servicio hasta el año 1860, al salir las religiosas, derribándose más tarde con sumo cuidado en 1890, para levantar allí el actual edificio de la XV Zona Militar y transportándose arcos y columnas en piezas numeradas a fin de formar el actual corredor, ya no en forma de claustro, dentro de una edificación cercana al templo de San Sebastián de Analco en el Sector Reforma de la ciudad, utilizada a la fecha para fines culturales por el H. Ayuntamiento de esta ciudad, conservando su mismo y singular nombre dado desde su original construcción, de “Patio de los Ángeles”.

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Con estos sencillos relatos, podrán tener una idea mejor y más clara de la increible magia que conserva mi país, y en especial este bello Estado de Jalisco y su importante capital, Guadalajara.

En un tiempo sede de la llamada Nueva Galicia, llena de fantásticas leyendas 'coloniales' que han pasado de boca en boca al través de los siglos.

Espero les agrade el sabor muy 'tapatío' de estas Leyendas.

Su amigo de siempre, ALF, para servir a Dios y a Ustedes -como se acostumbraba decir en tiempos remotos-.